por Lucía Camacho
Entrevista a María Alejandra Provítola, consejera de la magistratura por el estamento de jueces
“Las estadísticas son importantes porque permiten un mejor ordenamiento y análisis del rendimiento del equipo de trabajo, sin duda.”
“Las estadísticas nos acercan a la sociedad porque nos ayudan a cerrar un poco la distancia que los jueces y juezas ponemos para salvaguardar las investigaciones que son lo que más nos importa.”
“Mejorar en la producción de estadísticas es esencial, y para ello el informe reitera la importancia de ajustar el Lex 100 también en este sentido.”
“Gracias a este informe se dará inicio a una Mesa de Trabajo Permanente, su trabajo continuo y sostenido, con representación plural y equilibrada de todos los actores involucrados tendrá la tarea de mantener en el tiempo un sistema Lex 100 actualizado.”
“Cuando se vean los resultados de este largo proceso, habrá valido la pena haber emprendido este primer paso diagnóstico en el que se busca que la tecnología pueda servir verdaderamente a la transformación de una justicia más abierta y cercana a las personas.”
En más de una ocasión el sistema de gestión de expedientes judiciales Lex 100 ha sido motivo de dolores de cabeza de personas funcionarias del Poder Judicial y litigantes. Cada tanto se leen noticias como “el sistema está caído”, que obligan a improvisar feriados judiciales mientras se restablece el funcionamiento del software judicial más importante de la Argentina.
El sistema Lex 100 ya lleva más de una década de despliegue y adopción en todos los fueros y jurisdicciones de la justicia a nivel nacional, federal y provincial. Y aunque es cierto que los titulares de prensa más comunes suelen versar sobre la paralización de la justicia fruto de la saturación del sistema, en pocas ocasiones se ha abordado el papel que Lex 100 juega en la producción de estadísticas judiciales, esenciales para analizar el desempeño de la administración de justicia, así como evaluar y planificar la política pública de ese sector.
Por eso tiene tanta relevancia el informe que en abril pasado publicó el Consejo de la Magistratura sobre Lex 100, y que reúne los hallazgos más relevantes de la primera encuesta nacional, anónima y voluntaria dirigida a funcionarios y funcionarias del Poder Judicial, y que buscó dos cosas. Por un lado, diagnosticar los problemas más apremiantes del sistema digital de gestión de expedientes, y por otro, identificar y priorizar, según su importancia, las alternativas para solucionarlos, propuestas por las mismas personas que participaron de dicho proceso. Entre las oportunidades de mejora de Lex 100 emergió el de la producción de estadísticas judiciales, entre tantos otros.
Para ahondar en el informe conversamos en entrevista con la jueza y consejera de la Magistratura de la Nación, la doctora María Alejandra Provítola, quien asumió el liderazgo, junto a su despacho, en el diseño y despliegue de la encuesta que sirvió para elaborar el diagnóstico más reciente sobre lo que urge mejorar en Lex 100.
-¿De dónde vino la necesidad de impulsar este informe que se publicó en abril pasado y cómo fue el proceso detrás a su confección?
El sistema de gestión judicial Lex 100, como bien sabemos, desde muchos años viene siendo nuestra herramienta fundamental de trabajo, pero hace particularmente dos o tres años viene siendo la única herramienta donde cargamos toda la existencia del proceso, por lo tanto la vida de ese sistema pasa a ser como un compañero de trabajo.
Al llegar a la vocalía, sabía que había que apuntar a la mejora del sistema de gestión de expedientes. Para ello nos planteamos la historia del Lex 100 en donde resalto las presentaciones de mi antecesor para este espacio por Compromiso Judicial, Juan Manuel Culota, quien junto con otros representantes de los jueces, elevó informes que buscaron identificar las necesidades que se iban planteando por distintos colegas para hacer más eficiente el funcionamiento de Lex 100.
Sabemos que el expediente digital y la cuestión tecnológica e informática en el poder judicial ya no es algo proyectado hacia el futuro, sino que es una realidad de hoy, ineludible. De ahí que desde mi vocalía decidimos, junto a mi equipo, emprender una ruta diagnóstica de las realidades de los fueros en interacción con Lex 100 y que sabíamos gracias a charlas previas que eran muy distintas y planteaban necesidades que el sistema de gestión judicial no resuelve del todo, o solo atiende parcialmente.
Ahí la pregunta que surgió fue ¿qué hacemos para mejorar el sistema?, sobre todo era vital poder informarnos en la evidencia y no en lo que nosotros creemos que es lo mejor. Y aprovechando la buena voluntad de la Dirección de Tecnología del Consejo de la Magistratura, que también está empeñada en hacer que el sistema Lex 100 funcione, decidimos actuar de manera constructiva.
Entonces ¿qué hicimos? Diseñamos una encuesta con tres preguntas concretas sobre necesidades reales para mejorar el sistema según el fuero o la instancia. Esta fue una encuesta anónima, voluntaria y ampliamente difundida por las redes de Compromiso Judicial, por los chats personales así como correos institucionales.
La primera pregunta buscaba medir el grado de satisfacción con el sistema, la segunda apuntaba a identificar las tres o cuatro cosas que las personas participantes de la encuesta reconocían como los incidentes o fallas cotidianas del sistema, y la tercera pregunta sobre cuáles eran las funciones que habría que introducir para mejorar el sistema.
Nuestra perspectiva era seguir construyendo lo construido para que toda la normativa que la Corte Suprema de la Nación dictó, así como la normativa que apunta a la transformación digital del poder judicial pueda realizarse en la práctica para que funcionarios y funcionarias puedan hacer mejor su trabajo, de manera más eficiente y efectiva.
-Precisamente, uno de los hallazgos del informe señala que “ciertos encuestados hicieron saber la imposibilidad de generar desde el Sistema [Lex 100] estadísticas de manera automática”, y que en la producción manual de dicha información se consume tiempo valioso de trabajo que debería estar dirigido a administrar justicia. En su experiencia, como jueza y ahora como consejera, ¿cuál es uno de los retos que enfrenta la producción de estadísticas judiciales a través del sistema Lex 100?
Un aspecto identificado fruto del uso y la interacción con el sistema tiene que ver con la dificultad de cruza fidedigna de la información que reposa en Lex 100. Por ejemplo, cuando me hice cargo del juzgado número seis en lo Criminal y Correccional, se trató de verificar la lista de causas que el secretario tenía en mano para comparar con la información arrojada por el sistema Lex100 que señalaba que había aproximadamente cerca de 1.500 causas en trámite que en verdad no lo estaban.
Las explicaciones técnicas sobre por qué había esta desfase en el registro de Lex 100 eran complejas pero más o menos apuntaban a que había algo con el diseño del sistema que no permitía dar por concluida las causas a medida que pasaban de una instancia a otra. Entonces, las estadísticas que arrojaba el sistema no se correspondían con la realidad y había que seguir confiando en el trabajo de registro manual de la actividad judicial. Este es uno de los aspectos que debe motivar a la mejora del sistema, sin duda.
Por su parte, las estadísticas son importantes porque permiten un mejor ordenamiento y análisis del rendimiento del equipo de trabajo, sin duda. Además, pueden impactar en la calidad del trabajo de personas que encuentran que las estadísticas reflejan su verdadero desempeño.
Pero también, las estadísticas nos acercan a la sociedad porque nos ayudan a cerrar un poco la distancia que los jueces y juezas ponemos para salvaguardar las investigaciones que son lo que más nos importa, pero que nos terminan alejando de la gente. Las estadísticas permiten transparentar nuestro rendimiento, nuestra gestión. Permiten generar empatía para que la gente confíe y sepa que acá hay quienes tienen la disposición de trabajar para ellos y lo demuestran a través de sus resultados. Mejorar en la producción de estadísticas es esencial, y para ello el informe reitera la importancia de ajustar el Lex 100 también en este sentido.
-Y sin embargo, no deja de ser interesante que el informe publicado identificó la producción automática de estadísticas como una mejora pero de “prioridad baja” ¿a qué pudo deberse esto último?
Todas las propuestas fueron clasificadas según su nivel de importancia, reconociendo en todo caso como las de mayor urgencia las que están relacionadas directamente con funciones del sistema que impactan en la gestión digital de expedientes.
La producción de estadísticas recibió un nivel bajo de prioridad porque compite con otros problemas más acuciantes que identificaron los encuestados, como la lentitud del sistema, la inexistencia de un sistema de filtros y búsqueda o lo engorroso que resulta a hoy día llevar a cabo la acumulación digital de expedientes. Pero hay una sensibilidad sobre la importancia de mejorar la forma como se producen estadísticas que sí quedó reflejada en el informe.
-Dicho esto, ¿cuál es el camino a seguir para implementar progresivamente las oportunidades de mejora que propusieron los participantes de la encuesta?, ¿qué pasos emprender a futuro para darle vida al informe?
La encuesta así como el informe que analizó sus resultados fue un acto preparatorio, ahora viene el proceso sobre cómo hacer posible las mejoras propuestas para que la gente vea que esto no fue papel picado, o sea, que fue algo que se hizo para poder mejorar de verdad. Gracias a este informe se dará inicio a una Mesa de Trabajo Permanente, su trabajo continuo y sostenido, con representación plural y equilibrada de todos los actores involucrados tendrá la tarea de mantener en el tiempo un sistema Lex 100 actualizado, que responda a las necesidades de las funcionarias y funcionarios del poder judicial.
Ahora, en ese proceso es fundamental el contacto humano con las áreas pertinentes. Si se quiere, uno tendría que tener reuniones programadas cada tanto tiempo para que los técnicos de la Dirección de Tecnologías puedan tener su tiempo de respuesta e implementación de los ajustes necesarios. Y después, me parece fundamental reconocer la necesidad de que personas expertas que sean referentes de los distintos fueros, puedan tomar contacto en estas mesas de trabajo para la implementación de los resultados del informe.
Por último, juega un papel importante emprender procesos de capacitación técnica y motivacional que explique el objetivo de los cambios progresivos que se introducirán en un sistema tan importante como Lex 100, cambios que a mucha gente la sacará de su rutina o zona de confort. Generar nuevos hábitos redundará para bien en la forma de hacer su trabajo. A la larga, cuando se vean los resultados de este largo proceso, habrá valido la pena haber emprendido este primer paso diagnóstico en el que se busca que la tecnología pueda servir verdaderamente a la transformación de una justicia más abierta y cercana a las personas.
María Alejandra Provítola, autora del informe abordado en esta columna, es representante de los jueces de primera instancia ante el Consejo de la Magistratura de la Nación. Ejerce como Jueza Nacional en lo Criminal y Correccional, y en el pasado actuó como funcionaria del Fuero Federal y auditora de asuntos internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, y secretaria de la Fiscalía de Investigación del Instituto de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
Es docente en la Universidad del Salvador y en la Universidad de Morón. En la actualidad, es doctoranda en Derecho Penal por la USAL y Especialista en Derecho Penal y Ciencias Penales. La pueden seguir en @AleProvitola