por ACIJ
Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla rechazaron las impugnaciones de parte de la sociedad civil
El lunes 5 de agosto se dieron a conocer los descargos de los candidatos propuestos por el Poder Ejecutivo para ocupar cargos en la Corte Suprema de Justicia, en el marco del proceso de selección que está teniendo lugar en el Senado.
Ambos nominados respondieron en forma conjunta a todas las observaciones en su contra, agrupándolas por ejes temáticos.
Por su parte, Ariel Lijo consideró que las observaciones sobre su aptitud moral responden a “una generalidad basada en un prejuicio estereotipado de impugnación al sistema institucional” y que constituyen “un prejuicio que atraviesa la mayoría de las presentaciones en rechazo a la legitimidad del sistema institucional y que no acepta las decisiones de los órganos constitucionalmente constituidos”. A esto, le suma el hecho de que ha sido investigado por diferentes organismos del Estado -el Poder Judicial, el Ministerio Público Fiscal, el Consejo de la Magistratura, la AFIP y la UIF-, y que ninguna investigación ha resultado en elementos concluyentes en su contra.
Sobre las críticas a su desempeño profesional, el juez de Comodoro Py argumentó que las críticas al modo en el que tramitó o resolvió ciertas causas debían presentarse ante el Consejo de la Magistratura, conforme al procedimiento específico estipulado, resultando impertinentes en este contexto. A su vez, remarcó que no registró ninguna sanción por parte de dicho organismo, desde que inició su labor como juez federal en 2004.
En cuanto a su formación académica, considera que, además de contemplar sus estudios de grado y posgrado, y su labor docente, también debe tenerse en cuenta “la aplicación de la extensa dogmática penal y de índole constitucional” que realiza como juez de primera instancia en lo nacional criminal y correccional federal.
Finalmente, frente a las acusaciones sobre la falta de diversidad en la Corte, consideró que no eran ciertas en términos regionales y de especialidad, y que no le correspondía a él realizar una evaluación sobre la cuestión de género.
Accedé al descargo completo de Ariel Lijo aquí.
Por otra parte, en su descargo, Manuel García-Mansilla declaró que ninguna de las 24 impugnaciones que recibió cumplía con los requisitos mínimos para ser considerada cómo válida, ya que “todas ellas adolecen de diversos vicios y defectos evidentes”.
En cuanto a las observaciones que hacían referencia a sus visiones sobre la jerarquía de los instrumentos internacionales de derechos humanos, el derecho al aborto y a la interpretación constitucional, entre otros, el decano de la Universidad Austral argumentó que estas no deben entenderse como una predicción o adelanto sobre cómo decidirá en casos judiciales concretos, en caso de ser nombrado juez de la Corte. García-Mansilla explica que dichas posturas fueron expresas en un contexto académico, en abstracto y de forma general, contrario a la labor de un magistrado que debe realizar control judicial de constitucionalidad “en el marco de casos concretos y bajo plataformas y circunstancias fácticas que varía constantemente y que, indefectiblemente, inciden sobre la constitucionalidad o no de las normas jurídicas aplicables para la resolución de esos casos”.
Sobre las observaciones que marcaban la falta de diversidad de género, el académico entiende que estas no se dirigen contra los nominados, sino contra la decisión del Poder Ejecutivo de no proponer a ninguna mujer, por lo que no debe hacerse cargo de dichas expresiones.
Además, considera que su trayectoria laboral permitirá ampliar la diversidad de la Corte, en términos de especialidades profesionales.
Finalmente, declara haber nacido en Bariloche y vivido en diversas provincias del interior del país, desmintiendo las impugnaciones basadas en la falta de diversidad regional en el Máximo Tribunal.
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En el marco del proceso de selección, el próximo 21 y 28 de agosto se realizarán las audiencias públicas en las que Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, respectivamente, responderán ante la Cámara de Senadores a las preguntas que acompañaron las observaciones de la sociedad civil.