Un fiscal que ilustra muchos de los problemas del sistema judicial

por Ezequiel Nino

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Ezequiel Nino

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A fin de año apareció el famoso y fastuoso video en el que Ramiro González, uno de los fiscales de Comodoro Py, que muestra un festejo con 190 invitados muy alejado de la realidad del otro 99% de la población. Mucha gente se manifestó, a través de distintos medios, manifestando desagrado por lo que se veía allí, lo cual es una confirmación de que el sistema judicial se encuentra cada es vez más insertado dentro de una élite socioeconómica que los puede hacer fallar con falta de empatía y comprensión de la realidad social.

Sin embargo, el foco puesto en el fiscal a partir de esas imágenes generaron información y debate útil para entender muchas de las cosas que funcionan mal con el sistema judicial. Aquí un breve análisis de los problemas que se pueden advertir:

La fortuna acumulada por González es sorprendente

Como se puede ver de la declaración jurada adjunta a esta nota, el patrimonio de González es formidable. Entre muchos otros bienes tiene 300 hectáreas de campo cerca de Bahía Blanca, una casa de 790 m2 en Bahía Blanca para recreación, una casa de 270 m2 en un country cerca de Chascomús, un departamento en Buenos Aires, departamentos para alquilar en Bahía Blanca, tres automóviles de lujo. Todos los bienes han sido incorporados al patrimonio de González hace no tanto tiempo y la mayoría ingresó con ingresos propios. En una nota publicada en el diario La Nación, Carlos Pagni refleja que existen dudas sobre la licitud de su patrimonio, diciendo -entre otras cosas- que

“se le atribuyen 3 lotes en un country de Chascomús por los que debería pagar, sólo de expensas, más de 1 millón de pesos por mes. Allí tendría, además, tres casas muy lindas. El departamento de Ocampo 3176 y el de Cerviño y Salguero, ¿también son de él, como afirman en Comodoro Py? Sería raro, porque no están a su nombre. Seguro le pertenecen los campos de Villarino, con más de 300 cabezas de ganado”.

González fue investigado por enriquecimiento ilícito hace muchos años y fue sobreseído (también fue investigado por una denuncia que le realizaron las hijas por abuso sexual y también fue sobreseído). Varios años después las sospechas aún continúan.

La investigación por enriquecimiento ilícito quedará en la nada porque la investigará Comodoro Py

Cualquiera que conozca el funcionamiento de Comodoro Py sabe la endogamia del imponente edificio que está aislado del mundo. Jueces y fiscales (la gran mayoría son varones) juegan al fútbol juntos, realizan enroques para designar familiares y amigos y provienen de los mismos ámbitos sociales. Si la justicia es una “familia judicial”, Comodoro Py es la “familia dentro de la familia”. Ramiro González ya fue denunciado por enriquecimiento ilícito algunos años atrás y fue sobreseído muy rápidamente. Ahora volvió a ser denunciado -a partir de datos que surgieron luego del video- y su colega Paloma Ochoa ya propició el sobreseimiento. En su momento, Ramiro González -como fiscal- había propiciado el sobreseimiento del juez Eduardo Freiler. Gracias a la apelación del querellante, Ricardo Monner Sans la causa pudo subsistir y el juez terminó siendo removido por el Jurado de Enjuiciamiento.

El problema que se plantea con este tipo de situaciones -que merecerían una pesquisa seria- es que hay un sector de la justicia que se investiga a sí misma. Un agujero negro.

El fiscal concursó para un cargo en Dolores pero ejerce en Comodoro Py

González concursó para ser fiscal federal de Dolores, lugar donde asumió en 2004. Pero luego pidió ser trasladado a Comodoro Py, ámbito que conocía bien por haber sido secretario de la jueza Servini de Cubría. En 2012 se produjo el traslado y allí quedó pese a que legalmente debiera concursarse la fiscalía que ocupa. El fallo “Bertuzzi” de la Corte Suprema que establece que los cargos en los que hay funcionarios trasladados deben concursarse debería ser también aplicado a los fiscales para quienes rigen los mismos principios constitucionales de independencia e idoneidad para el cargo que ejercen. Sin embargo, en el Ministerio Público Fiscal existe un serio problema que venimos denunciando en estas páginas: no se abren concursos hace más de cuatro años, con la excepción de algunas vacantes en Bariloche, Santa Fe, Tucuman y Jujuy, relacionadas a la implementación del sistema acusatorio. Es decir que, aún si hipotéticamente se abrieran los concursos hoy, Ramiro González permanecería todavía en el cargo por el que no concursó por mínimo cuatro años más (que es lo que dura como mínimo los concursos hasta la designación).

El fiscal además es titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones Ambientales (UFIMA) desde hace demasiado tiempo

El MPF cuenta con distintas unidades temáticas para coadyuvar a los fiscales a cargo de causas complejas en esas materias. El Procurador General de la Nación designa discrecionalmente a los fiscales que, además de su puesto principal, tienen la titularidad de esas oficinas. González está en ese puesto desde 2006 y nada hace pensar que podría haber un recambio.

Por medio de un pedido de información, consultamos al MPF cuáles son los expedientes judiciales en los cuales interviene la UFIMA y, si bien recibimos el listado de expedientes, no pudimos conocer las partes involucradas en cada uno de estos procesos.

En la fiesta habrían estado empresarios vinculados a sectores de recursos extractivos

Según información brindada por Carlos Pagni, de la fiesta de sesenta de Ramiro González participaron empresarios ligados a la minería. Esto sería contrario al principio de imparcialidad que deben demostrar los magistrados. El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, al repudiar la “exhibición de opulencia” de la fiesta de González, recordó una historia de principios de siglo XX que expresa muy bien las razones de la incomodidad que sentimos quienes estamos vinculados a la justicia ante esta situación. Así narraron un diálogo entre el expresidente de la Corte Suprema de Justicia Nacional, Antonio Bermejo y uno de los jueces del Tribunal.

“El primero invitó al segundo a tomar el té a solas, porque sabía que el juez concurría frecuentemente a la ópera, al palco del Teatro Colón de una acaudalada familia. Reconocido el hecho por el Juez, Bermejo le dijo: le aconsejo que altere esa costumbre porque el que lo vea en esa asidua concurrencia con una familia, que es además muy poderosa y está o puede estar envuelta en pleitos que pueden llegar eventualmente a este tribunal, hace que Usted sufra –a lo mejor inmerecidamente- un menoscabo, a través de la sospecha respecto de su imparcialidad.”

En otras palabras, jueces y fiscales no solo tienen que ser extremadamente honestos e imparciales, también tienen que parecerlo. Todo lo contrario a la actitud demostrada por González.

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