Ariel Lijo, entre los jueces que tienen parientes designados en el Poder Judicial

por Irene Benito

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Irene Benito

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Ante la Comisión de Acuerdos del Senado, el candidato a integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación dio su palabra de que, si llegaba al cargo, iba a implementar la Ley de Ingreso Democrático (2013). Esta norma busca evitar la designación de familiares y allegados de quienes ya están dentro del Poder Judicial para despejar dudas sobre la idoneidad y los posibles “acomodos” de quienes lo integran. Sin embargo, Lijo tiene un hijo y un sobrino en los tribunales de la Nación. Se trata de Santiago Lijo, al que el juez de Comodoro Py presentó como “un estudiante de Derecho”, y de Nicolás Lijo, hijo de su hermano Alfredo.

Ariel Lijo defendió este 21 de agosto de 2024 su candidatura a ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación durante una audiencia pública celebrada por la Comisión de Acuerdos del Senado. En ese ámbito, el candidato, que se desempeña como juez penal federal Nº 4 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (en los Tribunales de Comodoro Py) desde hace 20 años, se comprometió a aplicar la Ley de Ingreso Democrático (26.861) que establece los concursos para nombrar al personal judicial. “A mí me parece que debe ser implementada y yo le doy mi palabra de que voy a trabajar para eso”, dijo Lijo al responder una pregunta de la senadora Anabel Fernández Sagasti (Unión por la Patria). Pero lo que no surgió en el marco de la audiencia fue que tenía al menos dos parientes designados en el Poder Judicial de la Nación.

Los familiares de Lijo nombrados sin concurso en la Justicia son su hijo Santiago Ariel Lijo y su sobrino Nicolás Lijo, que es hijo del hermano del juez, el abogado Alfredo Lijo. Según los registros oficiales a los que tuvo acceso JusTA, Santiago Ariel Lijo tiene 21 años: ingresó a Comodoro Py el 8 de abril de 2021 y el 24 de mayo de 2023 obtuvo su último ascenso a escribiente del Juzgado Federal Nº 1 que lidera la jueza María Servini de Cubría. Nicolás Lijo tiene 23 años e hizo una carrera parecida a la de su primo aunque en el Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nº 9 a cargo del juez Javier López Biscayart. El sobrino del juez Lijo ingresó el 16 de mayo de 2019 y recibió su última promoción a escribiente el 21 de septiembre de 2021.

“Es en este lugar (por el Senado) donde yo debo dar las explicaciones”, dijo el candidato a juez de la Corte al inicio de la audiencia que se extendió durante ocho horas. Espontáneamente, el juez dio su nombre, su apellido y su edad, y expresó que era padre de tres hijos: María Belén, Santiago y Ángeles. “María Belén se acaba de recibir de médica en la Universidad de Buenos Aires… es un orgullo enorme para mí como padre y como egresado de la Universidad de Buenos Aires. Santiago estudia Derecho en la Facultad de Buenos Aires y Ángeles está en primer año del colegio secundario”, detalló el candidato, quien inmediatamente después pasó a explayarse sobre sus antecedentes y trayectoria.

Al igual que su hijo, Lijo entró a Comodoro Py cuando estudiaba Derecho, sólo que como meritorio, una calidad que ya no existe. “Hoy, gracias a la lucha de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación, no están permitidos (los meritorios). Se pasó a un régimen de ingreso más democrático y que evite ese tipo de trabajo sin remuneración”, reflexionó ante los integrantes del Senado.

Ingreso democrático para evitar la falta de transparencia

Al leer las preguntas aportadas por la ciudadanía a la Comisión de Acuerdos, se le hizo a Lijo las siguientes: “¿Qué opinión le merecen las acusaciones de que existen designaciones sin concurso, nepotismo y utilización de contratos de locación de servicios en el Poder Judicial? ¿Será la implementación de la Ley 26.861 de Ingreso Democrático e Igualitario de Personal al Poder Judicial y a los ministerios públicos una prioridad para su gestión?”. Al igual que muchos de los interrogantes propuestos por la sociedad, estos quedaron sin respuesta por parte del aspirante a ocupar una de las cinco sillas de la Corte de la Nación.

La senadora mendocina Fernández Sagasti también preguntó sobre los ingresos. “Usted entró al Poder Judicial como meritorio. Luego de un gran proceso que hizo la Justicia a través del gremio y de mucha lucha eso hoy ya no es posible (se eliminaron los meritorios), pero desde 2013 existe una ley nacional que yo tuve la oportunidad de votar como diputada nacional así como varios que están acá, que es el Ingreso Democrático al Poder Judicial de la Nación, ley que no es aplicada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, aunque sí por la Defensoría (General de la Nación) y la Procuración (General de la Nación)”, planteó la senadora. Y añadió: “es algo muy paradójico que la Corte no cumpla con una ley que ha sido sancionada por el Congreso de la Nación y que no ha sido cuestionada en su constitucionalidad… es una ley totalmente vigente”.

Concretamente la senadora inquirió a Lijo sobre cuáles iban a ser las actuaciones que iba a llevar adelante para implementar los concursos de personal si llegaba a la Corte. “¿Cuáles van a ser las acciones pertinentes para que el Poder Judicial primero cumpla con una norma constitucional emanada por el Congreso de la Nación y, segundo, se deje el nepotismo que existe en el Poder Judicial de la Nación durante tantos años?”, preguntó Fernández Sagasti. Ante esto, Lijo respondió que él había mencionado “el ingreso más democrático” primero porque estaba impuesto por una ley y, segundo, porque tendía a premiar la capacitación y a premiar a las personas “que tienen real vocación de pertenecer al Poder Judicial”. “A mí me parece que debe ser implementada y yo le doy mi palabra de que voy a trabajar para eso”, refirió Lijo. Más allá de que no tenemos elementos para expedirnos sobre las aptitudes profesionales de los parientes de Lijo, hubiera resultado interesante que se le preguntara al candidato sobre el modo en el que estos ingresaron.

La Ley 26.681 nunca fue reglamentada por la Corte, como se explica en la investigación de JusTA titulada “El cuento de la buena pipa en el ingreso democrático”. Esto permitió que subsistieran los nombramientos de familiares, amigos y conocidos en el Poder Judicial de la Nación sin control de sus condiciones de idoneidad, a diferencia de lo que ocurre en los ministerios públicos, que sí incorporaron los concursos legales abiertos a la comunidad. Más allá de lo que implica este incumplimiento, el ingreso a un cargo judicial ofrece oportunidades de ascenso en la pirámide jerárquica que pueden desembocar en la magistratura, ya que el sistema de concursos les otorga mayores puntajes a quienes hayan trabajado dentro del sistema. Así ocurrió con Lijo, quien, al concursar para su Juzgado Nº 4, ya acumulaba antecedentes de peso como funcionario de Comodoro Py.

En el presente, el juez tiene una relación de pareja con Genoveva Ferrero, exsecretaria de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) durante la Jefatura de Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y actual consejera de la Magistratura de la CABA. Pero Lijo y la familia judicial mantienen un lazo antiguo, según recuerda esta nota de la Revista Noticias de 2016: “​​a sus dos esposas las conoció en tribunales. Su actual pareja es Magalí Mazzuca, secretaria de Juicios Ambientales de la Corte Suprema, mientras que su exesposa, Silvina Cavallo, hermana del exjuez Gabriel Cavallo, es fiscal federal de Quilmes. El dato anecdótico es que Lijo, cuando se hizo cargo del juzgado Nº 4 en 2004, reemplazaba a su entonces cuñado, quien por esos tiempos había sido ascendido a camarista. En el juzgado de Lijo, Mercedes Cavallo, hija de Gabriel, es secretaria”.

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