Se estanca el acceso de mujeres a los cargos judiciales

por Irene Benito

Autor

Irene Benito

Publicado el

2022-03-10

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Pese a la retórica y a las medidas, la desigualdad sigue firme en el mapa de la Justicia.


La Corte de la Nación presentó la edición número 11 del informe que elabora la Oficina de la Mujer en un acto al que convocó a representantes de los poderes judiciales provinciales. Por primera vez desde que existe este informe, su presentación se hizo en el contexto de una composición enteramente masculina del máximo tribunal. Pasan los años, y las asimetrías persisten y hasta se profundizan.

La Justicia argentina se anota auténticamente entre los ámbitos que no tienen nada para celebrar en el Día de la Mujer. Este 8 de marzo de 2022, la foto de la desigualdad lució más intensa que nunca quizá porque en el estrado de las máximas autoridades judiciales sólo había varones: el presidente Horacio Rosatti, y sus pares Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz. Esta situación ocurre por primera vez desde que la Corte Suprema de Justicia de la Nación comenzó a presentar el Mapa de Género, en 2011, y obedece a la renuncia de la última ministra que quedaba en aquel cuerpo, Elena Highton, y a la demora del Poder Ejecutivo de la Nación para cubrir aquella vacante. Entre 2004 y 2021 siempre hubo al menos una ministra en el máximo estado judicial argentino.

A grandes rasgos, la medición de 2021, la número 11 de la serie, confirma el estancamiento del acceso de mujeres a la magistratura. Estos datos reunidos por la Oficina de la Mujer de la Corte ponen en evidencia la tendencia al statu quo percibida en los eslabones clave para alcanzar la igualdad, como el Consejo de la Magistratura de la Nación(ver este artículo y también este) y los institutos encargados de celebrar concursos en los ministerios públicos (ver aquí). Pero, fundamentalmente, golpean la política de paridad enunciada por la administración de Alberto Fernández, que es quien tiene la decisión final sobre las designaciones. En un segundo escalón aparece el Senado, que presta acuerdo a los nombramientos sin practicar un control con perspectiva de género. Pese a los discursos y a las medidas de equidad, los hombres mantienen su predominio en los espacios de decisión del sistema judicial.

El último informe de la Oficina de la Mujer ratifica que la participación del sector históricamente postergado puede ser resumido en una pirámide. Las mujeres son mayoría en la base, pero su presencia comienza a disminuir hasta caer abruptamente conforme aumentan las jerarquías. Los varones, por el contrario, conforman una pirámide invertida: son proporcionalmente más allí donde hay más poder.

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Fuente: Oficina de la Mujer CSJN

En 2021, el total del plantel estuvo compuesto por 126.036 personas, de las cuales el 57% eran mujeres. Sin embargo, ellas conformaron sólo el 31% de las máximas autoridades de las organizaciones del sistema judicial. Si se considera la sumatoria de quienes accedieron a un cargo de juez o jueza, de fiscal o fiscala, de defensor o de defensora, número que también incluye a quienes se desempeñaban como máximas autoridades, esta cifra asciende al 45%. Es decir, creció el 1% respecto de 2020, pero continúa por debajo de la paridad de género. Al contrario, las mujeres fueron mayoría en el funcionariado y en el personal administrativo (61% en ambos casos)”, expresa el documento.

Según la Oficina de la Mujer, las diferencias detectadas corroboran que el “techo de cristal” aparece para las mujeres cuando concursan para acceder a la magistratura, y más aún, cuando se genera una oportunidad para acceder al máximo nivel de autoridad -en casi todas las jurisdicciones del país, incluida la federal, estas coberturas dependen de resoluciones discrecionales de los gobernantes-. “Si bien no es requisito ser funcionaria o funcionario para llegar a los puestos de mayor jerarquía, ya que es un sistema abierto, a modo de ejercicio se observa que, dentro del Poder Judicial, en 2021, los funcionarios tuvieron el doble de chances de convertirse en magistrados, procuradores, fiscales o defensores, y 3,4 veces más posibilidades de erigirse en máximas autoridades que sus pares mujeres en el sistema de Justicia argentino”, observa el estudio.

Los temas también difieren

El análisis hace hincapié en la persistencia de la segregación horizontal, además de la vertical. Esto implica que, en los escenarios de disparidad de los ministerios públicos, hay más defensoras que acusadoras (fiscales). También supone que los varones tendieron a concentrarse en los fueros penal, penal económico y en el ámbito electoral, es decir, las materias con mayor poder político y vinculadas con lo público, mientras que las mujeres lograron mayor presencia en las temáticas más ligadas culturalmente al género femenino (seguridad social, trabajo y derecho civil), aunque siguen siendo minoría como camaristas en todos los organismos colegiados.

En 2021, el plantel de la Justicia Nacional y Federal estuvo compuesto mayoritariamente por mujeres (54%). Sin embargo, sólo el 25% de quienes ocuparon el cargo de camaristas eran mujeres. Si se analiza la magistratura en su totalidad, es decir, se incluye tanto a camaristas como a quienes se desempeñaban en otros cargos de magistratura, este porcentaje aumenta sólo al 31%”, advierte el Mapa de Género. En los 11 años de antigüedad que acumula la medición no hubo modificaciones en cuanto a la distribución por género de los puestos de la judicatura nacional y federal. Y tres tribunales nunca tuvieron una integrante: las cámaras de Casación en lo Criminal y Correccional de la Nación; de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, y la Nacional Electoral.

Las asimetrías también aparecen en las justicias provinciales, cuyas cabezas participaron del acto de presentación del 8 de marzo, y en los consejos de la magistratura. Dos jurisdicciones carecen de mujeres en sus altos tribunales locales: Corrientes y Formosa. Las mujeres son mayoría en sus respectivas cortes sólo en Misiones, la Ciudad de Buenos Aires, San Luis y Santa Cruz.

Pareciera que la igualdad encontró fronteras inexpugnables en el sistema judicial. Pero la situación es más pesimista de lo que el último Mapa de Género sugiere. Ocurre que, como el mismo documento precisa, existe un alto porcentaje de cargos acéfalos, vacancias que acentúan y amplifican el poder de sus subrogantes naturales: los varones.

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